«Sunan Kalijaga [Java, Indonesia, n. ca. 1460-?], el más importante de los "nueve santos" o Wali Sanga, a los que tradicionalmente se les atribuye haber introducido el Islam en Java y haber convertido a la población por sí solos y sin recurrir a la fuerza, se convirtió en un héroe legendario y figura ejemplar.
Era, según dicen, hijo de un alto funcionario real del Imperio Madjapahit, el mayor y último de los reinos indonesios hindú-budistas. La época en que vivió es conocida por los javaneses como «el tiempo de los tiempos»: es el momento en que la antigua civilización de India desaparece ante el Islam. Cuando llegó a la ciudad de Jepara, era el típico golfo consumado que robaba a su propia madre para beber y jugar. Cuando se hubo gastado todo el dinero de su madre, se hizo salteador de caminos que infundía terror. Lo llamaban Raden Djaka Sahid.
Por aquel tiempo, llegó a Jepara Sunan Bonang [1465-1525 e.c.] - otro de los Wali Sanga-, ataviado con ropas suntuosas, cubierto de joyas y que llevaba [consigo] una caña de oro macizo. Al ver aquello, el joven ladrón se abalanzó sobre él, blandiendo un puñal, con intención de desvalijarlo.
Bonang se contentó con reír y le dijo:
—¡Sahid! No vivimos más que un momento. Mira ese Árbol.
Sahid se volvió y vio que el baniano se había transformado en oro y de sus ramas colgaban joyas. Él se maravilló de que un hombre que podía hacer tales prodigios no desease más riquezas. Le dijo a Bonang que ya no quería robar, jugar ni beber, sino que deseaba ser instruido en su «Ciencia».
Bonang respondió: —De acuerdo, pero es dificilísimo. ¿Tendrás suficiente ánimo y perseverancia? Sahid le aseguró que perseveraría hasta la muerte. Entonces, Bonang le ordenó que le esperara a la orilla del río [a la sombra del Árbol] hasta que el volviese, y se fue.
Sahid, a la orilla del río, lo esperó veinte años, treinta o cuarenta, [conoció a la que sería su esposa, hermana del Wali Sanga Sunan Gunungjati] y siguió aguardando. A su alrededor crecieron árboles, construyeron edificios, pasaron muchedumbres, hubo inundaciones, pero él permanecía en la quietud.
Al fin, volvió Bonang. Pero en vez de enseñarle las doctrinas del Islam, le dijo a Sahid:
—Has sido un buen alumno, tú sabes ahora más que yo. Y se puso a preguntarle sobre asuntos religiosos, a los que el discípulo respondió perfectamente. Bonang le dio el nuevo nombre "Kalijaga", «el que guarda el río [inagotable de la Sabiduría], y le dijo que fuese a predicar el Islam, cosa que hizo con éxito inigualado.
Se había vuelto musulmán sin haber leído nunca el Corán, ni entrado en una mezquita, ni oído una oración. Se volvió "musulmán" porque había rectificado su vida; no rectificó su vida por que se hubiese hecho musulmán.
Porque, si bien el hombre, por su naturaleza original - fitra o fitrah - dispone de la capacidad de Conocer la Verdad, no se reconoce ni comprende sino lo que uno se ha vuelto capaz de percibir mediante la purificación del espíritu y del corazón."
Leyenda indonesia adaptada*
*[anotaciones entre corchetes:por el autor de este blog]